sábado, 11 de abril de 2009

Evo

Yo me hago la misma pregunta que les hago a ustedes ¿Héroe o loco chantajista? El corazón me inclina hacia la heroicidad, poco ortodoxa pero heroicidad. Resumo: Evo Morales, el presidente de Bolivia, se ha declarado en huelga de hambre y con él parte de su gobierno. Y así seguirá hasta que se apruebe la nueva ley electoral que contempla la nueva Constitución y que reserva 14 de los 127 escaños para grupos indígenas en detrimento de representantes de áreas urbanas. Una reforma que han bloqueado los diputados conservadores.
No voy a entrar en el fondo del asunto, sería inabarcable (más de 500 años de negra historia), prefiero mirar la fotografía que le he robado a El País. Evo Morales lucha con las armas del pueblo. Todas y ninguna. Reacciona ante la injusticia no como canciller sino como campesino. Se declara en huelga de hambre pues no tiene más a qué agarrarse sino es e a ese colchón, esos cojines apilados en los riñones y ese enorme termo de picnic en el aparcamiento de la playa,. Y a la evidencia de la razón.
Quizá reservar escaños para una parte de la ciudadanía no sea ortodoxo, (como tampoco lo es un presidente en huelga de hambre) pero es justa compensación después de medio milenio encerrados en la trastienda de la democracia.
Una vez leí que cualquier proceso mental que incluya una disyuntiva termina decantándose por un impulso emocional. Mientras mi cerebro, educado durante 36 años en las buenas formas del lado políticamente correcto de la democracia, se resiste a admitir conductas que salgan por la tangente, mi corazón insiste: Ánimo Evo.

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