lunes, 18 de mayo de 2009

Tenían que ser ellos...


Ah.. No hay nada como una revuelta en unos astilleros, o una huelga de mineros, o un piquete de compañeros del metal. Ellos sí que saben.
Mi infancia, aunque el recuerdo es nebuloso y mediatizado por un conocimiento de causa posterior, vino acompañada, como telón de fondo, por el ruido de sables de la metalurgia y los astilleros, víctimas de la reconversión industrial que nació con la crisis del petróleo y acabó con la extinción de los dinosaurios metalúrgicos de la margen izquierda e hizo arder Bilbao durante años sumido en la guerra por la supervivencia de los astilleros de Euskalduna y por ende con de toda la industria vizcaína. Desde entonces tengo claras dos cosas.
1. No hay obrero más aguerrido e incómodo para el poder (Poder) que un trabajador de un astillero o un minero o un compañero del metal.
2. Cuando vea usted a uno de los anteriormente citados con una piedra en la mano, prepárese. Es un síntoma inequívoco de que la crisis va para largo, será dura y costará muchas vidas.

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